Cuando César venció las guerras galas, a la vez que paseaba a Vercingétorix en Roma como un cazador a su presa, mandó alzar sobre aquel suelo un templo que honrara a Marte. No pudo imaginar mayor venganza.
Mil doscientos años después, tras la construcción y destrucción de otros templos cristianos, el rey capeto Luis IX, conocido como el Santo, consagró la catedral de Notre Dame. Todo aquel que lo vio no dudó del poder de dios ni de la propia insignificancia.
Es prudente no dudar del poder telúrico de la colina. Si la tierra, de alguna manera, conserva energías en su interior es éste un lugar de fuga.
Se comenta que hay planes para precipitar el derrumbamiento de la catedral y levantar un moderno rascacielos que sea la sede del Banco Europeo, por lo que el emplazamiento pueda ayudar.
En los bajos comerciales habrá un Carrefour.
Y un Fnac.
2 comentarios:
del culto a la diosa madre al culto a su puta madre hay un paso. y excavadoras.
la fe mueve montañas. derribos la fe.
Como eslogan no tiene precio. Si me quedo sin curro te plantearé abrir derribos la fe sólo para usar el eslogan. O eso o Cárnicas Carne de Cañón, que tampoco estaría mal.
Abrazos
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