MICROPENTATEUCO I

Dios observa complacido su nueva creación, el Universo. Eterno, bello, perfecto en sus formas. Y en el centro el hombre, a su imagen y semejanza, su bestia más preciada. Piensa en darle libre albedrío, pero antes de hacerlo se arrepiente. Si lo hace acabará en el cajón de los universos fallidos, como éste en el que habitamos.

La droguería se conservaba igual que el día de su apertura más de cien años atrás. En el cartel que se anunciaba decía: "Recetas maestras" en letras de metal negro llenas de curvas. Un día no pude evitar entrar. Olía a eucalipto. Un anciano caido de hombros me saludó, ¿Puedo ayudarle?, dijo mirándome por encima de las gafas redondas que apoyaba sobre la punta de la nariz. Depende, contesté, he visto eso de recetas maestras, y me preguntaba si tendría la receta de la felicidad. Sí, me contestó, pero sólo se sirve por prescripción médica.
Como la vida misma.

En las nubes

La madre de Ibrahim siempre le decía: ¡Esa imaginación tuya, nunca con los pies en la tierra, siempre viviendo en las nubes! ¿Hasta cuándo?
Pues hasta que las nubes desaparecieron, y se precipitó con ellas, al chocar con un frente de fría realidad que provino, igual que suele suceder aquí, de las Azores.

Imagen de la borrasca culpable de la precipitación de Ibrahim.

Tanta nostalgia (y después nada)

Dicen que la infancia es la patria del hombre. Y aquí ando yo, no sé muy bien por dónde, un sin papeles en tierra extraña.

Ay, ay, ay, Carmela

Dice la canción que nada pueden bombas donde manda el corazón. Pero, ¿y si en vez de bombas fueran flechas?, ¿y si los arcos fueran arcos como corazones? Quizá aun sea posible que los arcos y las flechas puedan a los corazones si están fabricados con hormigón y acero.

Los otros trescientos lucharon en Dardanelos.

Personajes Históricos I

Parece que sucedió avanzada la primavera de 1618. Thomas Hobbes viaja a un pequeño pueblo, Rothbury, para ver aquello de lo que todo el mundo habla en Londres. No necesita, al final del viaje, preguntar cual es la casa de William Stukeley. La gente fluye sobre el barro, todos en el mismo sentido, como agua de río sobre el lecho de la curiosidad. Stukeley ha rescatado hace ya un mes, en un monte cercano, a dos pequeñas que hasta entonces se han criado con una manada de lobos. Tuvo incluso, según comenta, que luchar con una loba que se comportó como la madre de ambas.

Miseros en la miseria

En el estómago, calambres. En la mano, tres cerillas prendidas juntas, el fósforo las ha hecho una. En la otra papel de plata, sobre éste la heroína. Habilidad en todo el proceso pese a las convulsiones. El polvo marrón torna en líquido y, como si fuera un refresco, inhala el humo ayudado de un cilindro. Lo único especial es baladí: en el paisaje no hay prostitutas, ni neones ni sonido de sirenas. Sólo hay polvo que el viento eleva y a lo lejos el canto del Mu'adhdhin.

Miseros en la miseria

Descubren nuevo monumento en Stonehenge

Finalmente iban a tener razón aquellos místicos de pupilas dilatadas cuando decían que se trataba del centro del universo. Cada vez estoy más convencido. E pur si muove.

El tiempo a su lado se le pasa rápido. Media vida le ha parecido apenas meses. Decide dejarla, aquella relación le acerca vertiginosamente a la muerte.