Si vienes sin mucho tiempo, permíteme que te recomiende:
Ni tanto y Autobiografías Son los que más me gustan.
Además hay una pequeña serie que me entretiene bastante: Relatos del General
Por último, te invito a seguir el juego, si quieres como un comentario, si quieres en otro lugar: Despertares
Varias personas me han comentado que sus preferidos son:
Ultimas voluntades y Personajes Históricos V que, por cierto, a medida que me alejo de éste último me va gustando más.
Y si has llegado hasta aquí buscando nanorrelatos sólo porque el nombre del blog es NANORRELATOS, te dejo aquí algunos reunidos: Nanorrelatos

viernes, 16 de diciembre de 2011

La lluvia y la calma.

Lo vio de lejos con ese caminar extraño, arrastrando los pies medio hundidos en la tierra húmeda. Al pasar a su lado no pudo evitar decirle:
Abuelo, levante los pies, despéguelos del suelo y caminará más ligero, con menos esfuerzo.
Hijo, camina tú así. Es lógico en un joven querer avanzar rápido. Yo ya sé a donde voy y prefiero hacerlo despacio, - contestó.
Sintiendo el suelo. Palpando. Oliendo, - añadió.
Y dejando huella.

5 comentarios:

manuespada dijo...

A veces pedimos a los abuelos que caminen a nuestro ritmo, pero ellos ya no necesitan llegar rápido a los sitios. Me ha gustado lo que lleva de reflexión el texto. Un abrazo.

CDG dijo...

Muy bueno. Gracias por pasarte por mi blog. Me pasearé de vez en cuando por el tuyo, a ritmo de viejo o de joven, pero tratando de buscar huellas.

David Moreno dijo...

Casi me pierdo este micro, me gustó. Por lo que tiene de reflexión, porque destila melancolía, porque me gustan y respeto a los abuelos.

Un saludo indio

vittt dijo...

tarde o temprano el cuerpo pide tierra

Sibreve dijo...

Manu: A veces exigimos a los demás un ritmo que sólo es bueno para nosotros. A veces nuestras miras no llegan más allá que a la punta de nuestras narices, tienes razón. Abrazos retribuidos.
CDG: Me alegra que te haya gustado. Gracias a ti.
Indio: Yo creo que abuelos los hay majos y otros que dan ganas de empujarlos escaleras abajo, como al resto de los mortales. Jau.
Vittt: O marcha, como cantaba... no sé quién, pero alguien lo cantaba, ¿verdad?